Un Viaje a Tulum Durante Tiempos de Pandemia
Desde que regresé de México, he recibido una generosa cantidad de mensajes preguntando si el viaje a Tulum fue muy estresante y si valió la pena el riesgo. Pero irónicamente mi respuesta siempre va seguida por una pregunta: Si no estamos dispuestos a vivir una vida apasionada, radical e inquieta que valga la pena recordar, ¿por qué estamos viviendo?

Si no estamos dispuestos a vivir una vida apasionada, radical e inquieta que valga la pena recordar, ¿por qué estamos viviendo?
Y mientras agradezco el sentimiento y comprendo la preocupación y ansiedad causada por estos tiempos tan inciertos, debo también fomentar un sentido de esperanza y fe en las cosas buenas que se avecinan.
Nuestras vidas habían sido interrumpidas y desviadas demasiado tiempo, y somos nosotros, en última instancia, quienes decidimos si hacemos una pausa o reanudamos nuestro viaje en la vida. He llegado a comprender que la vida tal como la conocíamos se acabó hace mucho y ahora es el momento de dar la bienvenida a nuevos comienzos (tan nuevos que tal vez nos cueste acostumbrarnos).
Para crecer, debemos adaptarnos. Para llegar a nuestro destino, a veces debemos redirigir nuestro camino; en este caso, mi destino era México, el lugar donde redescubriría el amor propio.
Así que los animo hoy a hacer planes, a volver a embarcar en este viaje llamado vida y a no perderse ni un segundo más. La vida se basa en estas experiencias mágicas y encuentros fortuitos. ¡Arriésgate, disfrútala!
XO,
Barbie
